Por: Atziri Mora
Qué sucedería si todos los asuntos pendientes quedarán en papel y al final de cada carta unas breves palabras, ¿P.D, te quiero?, Cecilia Ahern, nos hace esta pregunta con su famoso libro y best seller, P.S, I love you. Ésta es la enigmática historia de Holly y Gerry, dos personas que estaban destinadas a estar juntos, con sus defectos y virtudes, con su vida maravillosa y un destino interesante. Tras la muerte de Gerry, Holly comienza a recordar la increíble vida que tuvo a su lado, pero al fin, pudo valorar cada instante de lo que significó un sí, acepto.
La famosa canción de Gloria Gaynor, “I will survive”, fue la pauta, para recordarle a Holly, que aún tenía una vida por delante y las cartas eran una prueba de que Gerry aún para ella estaba vivo, o al menos que jamás se iría de su vida.
En ocasiones recordamos a las personas por los objetos que dejan, por lo que alguna vez tomamos como consejos o recordatorios. Cada persona deja algo importante para quien tiene a su lado, aunque a veces es necesario o no recordar estas cosas. Una carta sirve para expresar lo que nos cuesta trabajo decir, o lo que un su momento no queremos que se sepa, una carta se vuelve un misterio, el cual es descubierto sólo cuando aquellas palabras son leídas, Una carta se vuelve presente y existe, sólo cuando la leemos pero puede olvidarse fácilmente, si se guarda y se queda en el polvo y el olvido, se vuelve importante y especial porque sabemos quién la escribió y podemos leerla una y otra vez hasta casi recordar cada palabra y recordar la voz de la persona, como si la estuviera leyendo en ese momento o cada vez que tomamos la carta y la volvemos a leer.
Si pudiéramos escribir todos los pendientes o todas aquellas cosas que queremos que los demás recuerden, ¿Qué pondríamos, qué le diríamos o qué omitiríamos?, las verdaderas cosas y las más importantes son las que uno dice mientras tiene a cada persona que considera especial en su vida, son todos aquellos actos que consideramos especiales, son todas aquellas palabras que en un momento de felicidad y de enojo salen de nosotros sin pensarlo demasiado, eso es lo que se toma en cuenta, son los recordatorios que nos llevaremos para toda la eternidad.
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