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La vista, es el sentido por el cual identificamos lo qué nos rodea. Desde que nacemos nos vamos familiarizando con nuestro entorno, reconociendo a nuestra madre, familia, hogar, etc. Mientras seguimos en nuestro desarrollo, principalmente en los primeros años, aprendemos a identificar las letras y aprendemos a leer, pero sobre todo nos sentimos atraídos hacia la imagen. Las identificamos y las hacemos nuestras.
Pero ¿qué es lo que realmente vemos?, ¿conocemos sobre literatura, arte, cine, culturas alternas?, ¿los medios que seguimos diariamente, lo llegan a mostrar?
Nuestro fiel amigo el televisor nos ha mostrado la imagen de lo divertido, como algo carente de sentido, todo aquél que ve televisión condena al programa si no le da “tiempo de calidad” es decir, tiempo para reír y no pensar. En realidad, deberían invitarnos a vivir la aventura de la imaginación.
En las escuelas se van formando seres críticos y pensantes, nos ayuda a creer y conocer nuevas materias que nos forman como individuos pensantes para que a lo largo de los años logremos formarnos una identidad propia y sobre todo pensemos de manera individual, para no simplificar las cosas. La cuestión esta, si después de esas ocho horas diarias de conocimiento, al llegar a casa la educación sigue vigente.
La televisión en últimos años se ha caracterizado por producir programas no del todo educativos, fomentando y creando un ocio que no permite cuestionar o pensar del todo, se ha ido por el lado de catalogarse como distractor para “pasar el tiempo”, se dice, según ellos, un tiempo de calidad.
Las horas se pasan viendo programas poco productivos, cierto es que la mayoría de las personas no tienen un capital como tal para pagar una televisión por medio de un sistema de cable, en donde de alguna manera se han mostrado programas que nos muestran historia, ciencia, ecología, cultura extranjera, entre otras cosas.
Existen formas y métodos para poder cambiar esta cultura visual que se ha creado, podrían proponerse reformas a las leyes que regulan los programas de televisión, que se sugieran ideas novedosas para hacer otro tipo de programas, que ayude a la población a conocer más, a cuestionar, que en realidad eduque, la educación no tiene por qué ser aburrida. Las televisoras líderes deberían aventurarse a proponer otro tipo de programas, la televisión abierta cuenta con varios canales, cada canal podría tener una función específica.
En los últimos años en donde se han creado nuevas costumbres hacia el consumo excesivo e ídolos perecederos, hemos olvidado de donde realmente surgen las ideas, como imaginábamos; al olvidarnos de la imaginación olvidamos que esta es la que nos ayuda a crear, ella ha sido la pauta para sobrevivir como seres humanos, por medio de ella el hombre y la mujer se han permitido crear desde tiempos remotos objetos para subsistir como especie, por medio de ella se fue creando la cultura que ha definido a cada civilización conforme han pasado los siglos.
La educación es aquella que nos motiva a querer saber más, es importante que pudiera existir propuestas elaboradas por las instituciones para generar programas de corte más educativo, el ser humano por ser el único ser pensante tiene infinidad de habilidades para encontrar soluciones cuando se nos presentan obstáculos, para cambiar las cosas, descubrir algo, y precisamente es lo que los creadores de programas carentes de sentido innovador han olvidado, no toman en cuenta la educación de los individuos, la minimizan y hasta cierto punto la desprecian.
Entonces si los medios han conseguido crear una ideología hacia lo simple, no es tonto pensar o por qué no decirlo imaginar, que puedan llegar a crear una ideología hacia lo educativo. Solo es cuestión de que se lo propongan y seguramente lo lograrían, no repentinamente, pero sí de una manera paulatina que al final el espectador agradecería.
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