Por: Atziri Mora
Podemos tratar de resistirnos a los problemas, evitándolos a toda costa o incluso tratar de resistirnos a una baja en la empresa, pero por qué seguir resistiéndonos al cambio, tratar de resistirnos al cambio es normal al pensar en cualquier organización.
La mayoría de las veces resulta ser porque no se tiene noción de las herramientas básicas de control de gestión comercial o de cualquier otro tipo. Es decir, no se tiene una noción real de las acciones, ni se basa en la planificación o el control de cualquier actividad que pueda surgir en la empresa. La solución no es sólo proponer cambios de funciones o de personal, para evitar este tipo de cuestiones es preciso ante todo conocer perfectamente cada función y cada estructura de la organización aunque claro está que siempre debemos tener presente los objetivos que la organización pretende lograr y con base a eso se determinará qué cambios son necesarios y cuáles no lo son.
Muchas veces se tiene miedo a los cambios o a escuchar los comentarios negativos que puedan estar faltando y puedan estar provocando los problemas en la organización. Es decir, debemos evitar ser susceptibles, de esta manera veremos de forma concreta y clara cualquier situación y evitar los mayores cambios de personal o funciones, en este punto hay que tratar de mantener a todo la gente que colabora dentro y fuera de la empresa.
Principalmente esta es una tarea del consultor, para ello debe tener bien clara su función y no tratar de involucrarse en asuntos que no pertenecen a su programa de trabajo, no es confrontador, ante todo es un colaborador en las decisiones de la empresa. El consultor es quien puede determinar la mejoría de un cambio o echar abajo un proyecto, puesto que es tarea de todos detectar los diversos problemas u obstáculos. El consultor resulta ser una guía para cualquier cliente o miembro que forme parte de la empresa, el consultor en todo momento colabora con el Director General, ellos son de quienes depende la estabilidad de la empresa, son quienes determinan que tan activos resultan ser sus clientes o miembros. De cierta forma podemos detectar que todos terminan formando parte esencial de la empresa, pero sobre todo es labor primordial de aquellos que toman las decisiones de que tan viable o no pueden resultar ser los objetivos a emprender.
El consultor debe asegurarse de que todo este previamente documentado, registrado o grabado. El consultor jamás debe olvidarse que todo esto forma parte del diagnóstico de la empresa, y así ubicar que tan necesario resulta ser un cambio y a qué tiempo es pertinente hacerlo.
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